Hace varios años, ví en el Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid la pieza «Las Tribulaciones de Virginia». Teatro de objetos, aforo reducido y achuchadito, poca luz, barraca de feria.
Aún recuerdo perfectamente -en lo sensorial incluso- el impacto que me causó en el corazón tanta honestidad y apertura por parte del actor. Se nota mucho cuando alguien habla en primera persona de verdad de la buena.
Dice el archivo de google, que fui público de Los Hermanos Oligor el 10 de Mayo de 2016.
Ayer he podido acceder al documental que habla sobre el proceso creativo. Me impresionó la profundidad del mismo. La capacidad para sanar e integrar que la creación nos brinda. Cómo construir un relato que elabore lo traumático a través de querer contar una historia a otrxs. Lo romántico y esperanzador en poder parar y echar tres años a colocar algo, en lugar de ponerlo bajo la alfombra. Y darle una forma tan generosa para con el mundo. Exponiéndose a que cada pase, pueda ser una sesión de terapia.
Resalto el contenido metafórico de uno de los creadores al hablar de la puesta en escena: expresar temer que lo frágil se rompa, temer quién puede entrar en el espacio íntimo cada vez ¿ de qué hablamos, en verdad ? La obra, sin duda, es un objeto transicional que nos enseñó Winnicott. Consciencia de vulnerabilidad y riesgo al abrir el corazón. Crecer haciéndolo…
Os invito a ver el docu si queréis intuir, profundizar o asomaros a la faceta terapeútica de la creación artística. Por si quedaba alguna duda del valor del ARTETERAPIA, aunque en este caso no se muestra un proceso acompañado por un/a terapeuta profesional.
Tuvo lugar en un sótano fallero. Durante 3 años. Donde sonaba el eco del agua de las cañerías. Dos hermanos acompañándose, tratando de integrar el mal de amores. Todo lo que, infiero, tiene que ver con el abandono, el apego, el vínculo primario… donde hacen diana los duelos de pareja, vaya. Y ese momento en que unx podría marcar el fin de la ingenuidad infantil.
Dicen: » si te descuidas, lo superficial se apodera de las cosas». Caer lágrimas mientras el protagonista lo dice emocionado, también. Resoné hace casi 5 años presenciando en vivo las «Tribulaciones de Virginia» y ayer con este docu sobre el proceso creativo, desde mi salón:
